Todos estamos sometidos a ambientes cada vez más frenéticos. El crecimiento demográfico, unido a la actividad comercial e industrial en las ciudades, concentran el uso de energía, recursos y la generación de desperdicios, al punto tal que los sistemas tanto artificiales como naturales se sobrecargan y las capacidades para manejarlos se ven abrumadas. En general, los costos asociados a una mala gestión de edificios, no solo en términos medioambientales sino también económicos y sociales, representan un peso enorme para cualquier ciudad. Debido a esto, tanto usuarios como administradores de instalaciones, están buscando y prefiriendo infraestructuras que garanticen la seguridad, el bienestar y la sostenibilidad.
Existe una amplia gama de soluciones para el control inteligente de edificaciones que busca encontrar una respuesta rápida, cómoda y económica a los retos que nuestro ambienten nos propone. Hoy, gracias a los avances tecnológicos en campos como la automatización de edificios y la seguridad electrónica, podemos alcanzar un nivel de eficiencia en la gestión de nuestros edificios, impactando de forma positiva no solo nuestras finanzas sino también nuestro entorno. Gracias a la tecnología, podemos mejorar radicalmente nuestros sistemas de seguridad, incrementar el confort y por ende la productividad en nuestras áreas de trabajo, y lo más importante, contar con la capacidad de mejorar la eficiencia energética, y la de nuestros recursos ambientales, para proteger nuestro planeta y garantizar el cumplimiento de todas las normas y regulaciones necesarias.
Así es, a nuestra disposición se encuentran innumerables opciones y todo lo necesario para realizar con éxito sus proyectos de gestión de edificios e instalaciones. Sin embargo, hay ciertos factores en los que debemos enfocarnos cuando pensamos en automatización de edificios:
- Ambiente interno mejorado
- Eficiencia energética
- Reducción de costos operativos
- Capacidad de expansión ilimitada
- Compatibilidad con productos anteriores
Bajo este esquema de gestión de edificios lo que se busca es alcanzar altos niveles de flexibilidad en los sistemas para que se puedan adaptar a cualquier tipo de condiciones, enfrentando cualquier reto, y de esta forma encontrar la funcionalidad óptima para que los espacios y recursos sean aprovechados a su máximo potencial. Todo esto tendrá, como consecuencia natural, grandes ahorros en todas las áreas de gestión y por lo tanto un retorno de inversión mucho más rápido con un margen de ganancia mucho más atractivo.
Si bien las potencialidades de una mayor eficiencia en la gestión de edificios representan una oportunidad en cualquier mercado, estas deben ser ajustadas a las condiciones requeridas. Esto quiere decir que los sistemas establecidos para la gestión de edificios inteligentes deberán estar diseñados para poder incluir dimensiones que apliquen tanto para construcciones de oficinas, como para hospitales, hoteles, bancos, museos, casas, o cualquier otro ambiente. De esta forma, los sistemas de gestión inteligente son el presente y el futuro en cualquier plano, y los avances tecnológicos soportan esta tendencia. Debemos aprovechar esta oportunidad y montarnos en el tren de la gestión inteligente de edificios.